Los Diez Mandamientos de la Ley de Dios son:
Amarás a Dios sobre todas las cosas.
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No tomarás el Nombre de Dios en vano.
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Santificarás las fiestas.
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Honrarás a tu padre y a tu madre.
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No matarás.
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No cometerás actos impuros.
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No robarás.
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No dirás falso testimonio ni mentirás.
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No consentirás pensamientos ni deseos impuros.
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No codiciarás los bienes ajenos.
Los diez mandamientos representa la ley fundamental de la alianza entre Dios e Israel en el Monte Sinaí; aunque la fecha del evento es incierta, los mandamientos se pueden datar provisoriamente en la primera parte del siglo XIII AC. En hebreo se les llama las "Diez Palabras", que (a través del griego) es el origen del título alternativo en inglés para los mandamientos, a saber, el Decálogo. Los mandamientos se mencionan dos veces en el Antiguo Testamento; la primera es en la descripción de la formación del Convenio del Sinaí (Exod. 20:2-17) y se repiten en la descripción de la renovación de la alianza en las llanuras de Moab (Deut . 5:6-21).
Está escrito que los mandamientos fueron fijados en dos tablas, cada una con el texto completo; una pertenecía a Israel y la otra a Dios, a fin de que ambas partes en el pacto tuviera una copia de la legislación. Los cinco primeros mandamientos se refieren básicamente a la relación entre Israel y Dios, y los últimos cinco se ocupa principalmente de las formas de relación entre los seres humanos.
Los mandamientos deben interpretarse inicialmente en el contexto del Pacto de Sinaí, que en efecto fue la Constitución del Estado en proceso de formación durante el tiempo de Moisés y de su sucesor Josué. Puesto que Dios fue el que permitió a Israel avanzar hacia la estadidad, como consecuencia de la liberación del pueblo elegido de la esclavitud en Egipto, también fue el verdadero rey de Israel. Como tal tenía autoridad para establecer la ley de Israel, como se aclara en el prefacio de los mandamientos. Así pues, los mandamientos fueron inicialmente parte de una constitución y fungieron como ley del Estado de la incipiente nación de Israel. El principio fundamental sobre el que se estableció la constitución es el amor: Dios había elegido a su pueblo y lo liberó de la esclavitud sólo porque lo amó. A su vez, le hizo una exigencia fundamental: que amara a Dios con la totalidad de su ser (Deut. 6:5). Este mandamiento de amar para siempre viene con un comentario y una explicación. En cuanto a la forma en que se puede cumplir el mandamiento de amar, los cinco primeros mandamientos indicaban la naturaleza de la relación con Dios, que sería una expresión de amor a El. Los segundos cinco mandamientos van más allá y señalan que el amor por Dios también tiene implicaciones para la relaciones con otros seres humanos.
Los diez mandamientos son preceptos sobre obligaciones fundamentales de la religión y la moral y encarnan la expresión revelada de la voluntad del Creador respecto a la totalidad del deber del hombre para con Dios y con su prójimo. En el Pentateuco figuran dos veces, en Éxodo 20 y Deuteronomio 5, pero se les presenta en forma abreviada en los catecismos. Escrito por el dedo de Dios sobre dos tablas de piedra, este código divino fue recibido del Omnipotente por Moisés en medio de los truenos del Monte Sinaí, y por intermedio de
quien constituyeron la base de la ley mosaica. Cristo resumió estos mandamientos en el doble precepto de la caridad —el amor a Dios y al prójimo; los declaró vinculantes en virtud de la nueva ley en Mateo 19 y en el Sermón de la Montaña (Mateo 5). También los simplificó o interpretó, por ejemplo, al declarar que los juramentos innecesarios son tan ilegales como los falsos; al condenar el odio, la calumnia y el asesinato; al mandar amar incluso a los enemigos, y al condenar los malos deseos como imbuídos de la misma malicia que el adulterio (Mateo 5). La Iglesia, por otra parte, después de cambiar el día de descanso del Sabbath judío, o séptimo día de la semana, por el primero, hizo que el tercer mandamiento se refiriera al domingo como día a mantener santo en tanto Día del Señor. El Concilio de Trento (Sess. VI, can. Xix) condena a los que niegan que los diez mandamientos son vinculantes para los cristianos.
:Los Diez Mandamientos son diez leyes en la Biblia que Dios dio a la nación de Israel poco después de su éxodo desde Egipto. Los Diez Mandamientos son esencialmente un resumen de los más de 600 mandamientos contenidos en la ley del Antiguo Testamento. Los primeros cuatro mandamientos tratan de nuestra relación con Dios. Los siguientes seis mandamientos tratan de nuestra relación con los demás.
_____________________________________________________________________ Los mandamienos el ley, puesta por Dios y debemos cumplirla en su plenitud .Son una guia para lograr el adecuado comportamiento de las personas, pero seria mejor llevar a cabo el mandamiento que Jesús nos enseñó: "Amarnos los unos a los otros como a nosotros mismos" y ese resume a los diez.
Cultura Religiosa
Diana Carolina Plaza
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